HILAK

La expansión de la humanidad fuera de la nube de Oort no ha tenido éxito. Al menos, no hay noticias de los globos espaciales que partieron y no han sido destruidos por meteoros o atrapados accidentalmente en fuerzas gravitatorias de elementos desconocidos, o hayan sido autodestruidos por los conflictos y la violencia de sus habitantes. El único continente de la tierra habitada es la Antártida. Se declaró planeta en regeneración.

La humanidad se reparte en globos espaciales a través de todo el sistema solar. Son ciudades envueltas en un globo de metal inflado que hace de protector, genera energía y mantiene una atmósfera vital para sus ciudadanos.

Muchas de ellas, pequeñas partidas de cuatro o cinco familias de estirpes genéticas diferentes, han evolucionado en comunidades de tipo clan, al hibridarse o matarse entre ellas. Otras se han aislado. Quedan globos espaciales que mantienen cierta apariencia a las sociedades que un día habitaron la tierra. Otros se mantienen con jerarquías fuertes y autoritarias. Y unas pocas son comunidades que se perpetúan e interactúan en paz.

Marte ha sido destruido al perder su órbita por influencia de un nuevo cuerpo que entró al sistema solar. Marte fue bombardeado hasta casi la aniquilación al traspasar el cinturón de asteroides, finalmente el campo gravitatorio de Júpiter lo desintegró.

Se tienen constancia de increíbles aventuras en globos que se anclaron a los satélites de Encélado y Titán. Se observaron monstruos en los océanos congelados de Europa.

Hay serias dudas de que la humanidad consiga dar el salto cósmico. Sigue su camino.

Este relato cuenta las historias de las personas que viajaron o permanecen en los globos de Europa, Encélado y Titán, los que abandonaron el sistema solar sin recibir más noticias y el anclado al nuevo planeta que entró al sistema solar.

El primer capítulo comienza con un mensaje recibido desde el globo atrapado por la fuerza gravitatoria de Neptuno. “¿Hay alguien ahí?”

El combate gravitatorio ha comenzado.